Es una puerta ancestral...

Es una puerta ancestral...
Alessandra Sanguinetti
Es una puerta ancestral en mí
mis años y mi pasado...

Es una puerta que me porta y transporta
al mundo entretejido de mi misma...

ahí donde se encuentran mis miedos y aventuras
ahí dónde se encuentra respuesta y pregunta

motor de mis actos




viernes, 22 de agosto de 2008

La Tortilla Mestiza

La tortilla mestiza y los amigos...

Llegue a esta mí tierra como emigrante. Atravesé el ancho mar, el mismo tramo que muchos siglos atrás hicieron los que son ahora nuestros antiguos padres. Somos hijos de aventureros, casi todos creo yo, de curiosos que se arriesgaban a caer al infinito por ver “mas allá del mar”, por saber lo que había del otro lado del horizonte. Seguramente entre nuestros antiguos padres debió de haber también uno que otro soñador...
Mi bisabuelo, por ejemplo, vino con una compañía petrolera llamada “El Aguila” y lo mataron en la revolución. Solo me queda por ahí el recuerdo de una abuela con gustos extraños y costumbres de otros lugares; Escondía huevos de chocolate en su jardín el día de Pascua. Único día del año que se reunía la familia con todo y su prole. Había que decir que tenia algo o mucho de fascinante. El jardín tenia todos los niveles y las alturas posibles para encontrar chocolates y dulces. Debajo de las piedras, entre las ramas de árboles y arbustos, en las grietas de las paredes, detrás de las llaves del agua, o entre las macetas....
Tenia mi abuela, mi abuela Rosita, la mamá de mi papá, de quien dicen heredó una caballerosidad y ecuanimidad inglesas; el retrato de la familia real colgado en la pared de la cocina. Donde por cierto cada año hacia licor de nanche y bisquets. Y tenia un loro que llamaba a Roberto todos los días.
Ya de grande me encariñe con mi abuela, que tenia una parsimonia dulce y seca que también dicen le viene porque era inglesa.
Y es, creo yo, el gusto de haber crecido entre hermanos y mucha familia lo que de alguna manera nos identifica. Es un valor importante, es una joya y también es una herencia ...
Creo yo que nos liga también la unión de las Estaciones con las historias familiares alrededor de una mesa y de algo redondo como la cazuela...
Nos unen en el pensamiento aromas y sabores. Que sin duda es el primer lugar donde se aspira y degusta una civilización, una cultura, las costumbres de un lugar, de un hogar...
La cocina es el umbral de las civilizaciones.
El mundo de la cocina a mí me enseño muchísimo sobre lo que significa la palabra cultura.
Me enseñó sus raices en los nabos y chirivias, en los caldos que con ellos se hacían del otro lado del atlántico, cuando el invierno aprieta los días.
Pero lo que más me gusta de una cultura son las palabras que no tienen traducción, que solo el que sabe el idioma entiende y sabe de cómo y cuándo exactamente es el mejor momento de usar el nabo o la chirivía.
Desde la cocina conocí y aprendí el por qué de las diferencias entre las culturas. Sobre todo porque mis mejores maestros fueron las personas mas viejas que cultivaban el campo y la hortaliza. Ellas me enseñaron reconocer el buen recaudo que es el principio para hacer un buen caldo.

Yo regrese como emigrante a mi tierra y me quede en la puerta de entrada de soñadores aventureros y demás. Me quedé en Veracruz, su escudo ya lo dice de”mas allá del mar...” y mas exactamente en Xalapa
Los cariños aparecen como una simiente que germina al calor del afecto, de las coincidencias, al fin y al cabo del amor que cada uno busca y expresa a su manera. Además que nadie niega, es la manera mas alegre y placentera de estar y sentir este mundo en toda su belleza y enfrentar también su rudeza en todas sus dimensiones. El amor a la tierra, el amor a un hijo, a una compañera, al oficio, a un amigo, a un hermano, a tu perro. El mejor cuando es dirigido por la vocación y una meta.
Yo comparto con ustedes ese amor a lo propio a través de la Cocina, con mayúscula, entre otras cosas.
El ventero, el de mesonero son oficios, creo yo, de soñadores y aventureros...
Yo antes de saber de ustedes, supe de su cocina. Que es su mérito conservar alrededor de una cazuela aquellos aromas, aquellos sabores que inspiran y hacen lo que somos hoy.
Les ofrezco el resumen de mi experiencia; una tortilla mestiza que nació aquí “mas allá del mar” para agasajar a mis amigos alrededor de la fusión de sabores y de olores. Es casi, podría decir, lo que me quedo de ese mágico oficio de “cocinera”.
El amor, como La Tierra, devuelve exactamente lo que nosotros sembramos en Ella.
Díganme ustedes que clase de mesa compartimos, muchas veces no tenemos ni idea lo que estamos cultivando y más lo que vamos dejando.
Yo les tengo un aprecio sincero que nace de un afecto antiguo de quienes saben lo que significa sentarse en una mesa alrededor de algo redondo como una cazuela compartida.

. Gabriela